Cosméticos: un alegato a favor del "verdadero boticario"
Asustada por el futuro, la sociedad se refugia en el pasado y en los últimos diez años hemos asistido al éxito de un nuevo estilo de marcas de cosméticos: el "estilo boticario". Un estilo que representa oportunidades de marketing para los fabricantes más que beneficios concretos para los usuarios:
Diseños gráficos y tipográficos retro en la publicidad en el punto de venta y en los envases
Imágenes que combinan la estética posmodernista estadounidense de los años 50 con un estilo japonés wabi-sabi reducido
Lenguaje evasivo que destaca las virtudes de la botánica sin aportar nunca pruebas concretas
Asociaciones engañosas entre la eficacia y estos productos que se acercan a los medicamentos en la mente de la gente.
Aunque el estilo boticario a menudo es sólo un truco de marketing que cita engañosamente un enfoque natural y la autenticidad, la botánica sigue siendo la fuente definitiva de conocimiento para los cosméticos naturales, orgánicos y extremadamente eficaces, basados en la eficacia de las plantas y en el rechazo al uso de moléculas sintéticas que nuestro cuerpo no sabe cómo tratar. Esta botánica innovadora utiliza herramientas modernas, en particular la cromatografía, que permite, por ejemplo, conocer la naturaleza y la cantidad de ácidos grasos, vitaminas, esteroles, alcoholes, polifenoles, etc. en los aceites vegetales, auténtica materia prima de las cremas y jabones ecológicos. Así, en el siglo XXI, podemos disfrutar de los beneficios de cientos o incluso miles de años de experiencia en el uso de las plantas, y de análisis científicos de vanguardia.
En un mundo de "noticias falsas" y de publicidad a menudo engañosa, la primera forma de distinguir la realidad de la ficción es muy sencilla: leer las etiquetas. Para que se trate de una verdadera fórmula botánica, más del 95% (idealmente el 99,5%) de los ingredientes deben estar en la siguiente lista: agua, plantas, extractos de plantas, cera de abejas o incluso minerales neutros para el organismo. Si no aparecen los porcentajes, pregúntese por qué... y, en cualquier caso, debería favorecer las fórmulas cortas y tener en cuenta los 10 primeros ingredientes.
La segunda forma es informarse sobre los métodos de fabricación. Los métodos artesanales y hechos a mano requieren materias primas naturales sabiamente elegidas y respetadas durante el proceso de extracción, lo que hace que los productos resultantes sean más beneficiosos para la piel. Así, cuanto más se acerquen los métodos de fabricación a estos métodos, más beneficiosos serán los productos. Por supuesto, hay que evitar las moléculas sintéticas y la petroquímica (incluidos los ingredientes que terminan en "-eth" o que contienen "metilo", "etilo", "butilo" o "propilo", parafina, DEA, MEA, PEG y la mayoría de las fragancias).
Así es como podemos evitar los cosméticos "de estilo boticario" que son buenos para la vista pero no para la piel y redescubrir al "verdadero boticario" de antaño: botánico, biólogo y químico.
A diferencia de la cosmética industrial, la "verdadera botica" utiliza herramientas modernas y respetuosas con la naturaleza para diseñar, asesorar e incluso personalizar los mejores productos para el cuidado de la piel.