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ARTESANÍA E INNOVACIÓN

La artesanía no siempre es sinónimo de innovación

En Cosmydor creemos que se trata de un error derivado de la confusión entre innovación y progreso tecnológico.
El progreso tecnológico se basa en la mejora de los métodos (por ejemplo, el aumento de la capacidad de manejo de los microprocesadores), que generan nuevas posibilidades (por ejemplo, el uso del procesamiento de vídeo).

La innovación comienza con la consideración de una necesidad identificada (por ejemplo, la generación de energía renovable). A continuación, se emprenden métodos para satisfacer esta necesidad, a veces utilizando el progreso tecnológico, pero la mayoría de las veces encontrando nuevas formas o nuevas aplicaciones para las tecnologías, técnicas o materiales existentes.

Definida así, la innovación describe a la perfección el trabajo de un artesano, que se esfuerza por mejorar su obra -a veces de forma marginal, basándose en su experiencia, y otras con un cambio radical- para lograr la perfección de su creación, o para inventar otras obras aún no realizadas. Los mejores chefs, los ingenieros de Ferrari y los maestros luthiers son todos innovadores. Aunque los violonchelos tienen siempre una forma similar, son infinitos los detalles de técnica y pericia suprema los que marcan la diferencia: la elección de la madera y su corte y lijado, la composición del barniz, el tiempo de reposo tras el encolado, etc. A pesar de todos nuestros avances tecnológicos, esto es lo que hace de Stradivarius (1644-1737) un innovador sin parangón.

No olvidemos que la artesanía sigue siendo un medio de producción humana, es decir, una forma a través de la cual buscamos constantemente el sentido de nuestras acciones.