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La manteca de karité (o butyrospermum parkii butter) en África Occidental

Desde el Reino de Meroë hasta Leo Africanus, desde Ibn Battuta hasta Mungo Park, no se puede hablar de África sin mencionar el karité. Desde los vigorosos masajes con manteca de karité para los recién nacidos hasta el lecho funerario del rey, especialmente tallado en el tronco de este árbol sagrado, la vida de las aldeas se estructura en torno al karité. Al igual que la vida de las mujeres. Los frutos se recogen y preparan entre junio y diciembre. Esta preciosa cosecha será utilizada durante todo el año por la familia para el cuidado del cuerpo y sus necesidades de grasa alimenticia.

La cosecha tiene lugar desde mediados de junio hasta mediados de septiembre, durante la temporada de lluvias. Las mujeres y los niños recogen la fruta todos los días. Primero se visitan los árboles más cercanos a las aldeas y la zona de recolección aumenta gradualmente: tienen que recorrer largas distancias en el monte para llegar a los demás árboles. La fruta madura cae naturalmente del árbol. Es muy importante recoger sólo los frutos que están en el suelo y no los que aún están en el árbol: estos últimos aún no han alcanzado la plena madurez, por lo que contienen menos aceite.

En un buen año, cada persona puede recoger fácilmente unos cuarenta kilos al día. 100 kg de granos secos dan 20 kg de mantequilla. La cosecha debe realizarse con rapidez: si el fruto se deja en el suelo durante demasiado tiempo, empieza a germinar, lo que reduce el porcentaje de aceite en la almendra y aumenta su acidez. También hay que manipular el fruto con cuidado, ya que una vez dañado se pudre. Las cualidades antioxidantes naturales de la mantequilla garantizan su conservación y, por tanto, su almacenamiento, lo que le permite convertirse en un producto agrícola por derecho propio, una paradoja para un producto silvestre.

Michel Pobeda, Traducción, "Les bienfaits des huiles végétales" (Ed. Poche Marabout Santé)