Cuando se fundó en 1877, Cosmydor se especializó en la fabricación de eaux de toilette -las gamas se ampliaron rápidamente a jabones, cremas y muchos otros artículos cosméticos-. La marca tuvo un enorme éxito durante casi un siglo gracias a la calidad de sus productos, la originalidad de sus fragancias y envases, y la belleza de las ilustraciones utilizadas en sus anuncios, incluida la icónica mujer pintada en 1891 por Jules Chéret, un famoso artista de la época. La marca, premiada en las Exposiciones Universales de París de 1889 y 1900, dejó de funcionar a finales de los años sesenta debido a una crisis de sucesión y se relanzó hace tan sólo unos años...
Cómo empezó
A continuación reproducimos un extracto de La France Médicale, una revista médica, fechado el 17 de octubre de 1877.
Traducción: "La prensa médica y científica acaba de llamar la atención sobre un producto sanitario destinado a prestar inmensos servicios a la higiene y, por consiguiente, a la salud pública.
Cosmydor, compuesto exclusivamente de productos vegetales, goza de las propiedades más diversas y útiles.
El autor, inspirándose en los trabajos de los eminentes químicos de nuestro tiempo, PAYEN, PELIGOT y el ilustre ORFILA, logró combinar los perfumes más dulces cuidando de evitar los ácidos y los vinagres; porque nadie ignora hoy que todos los médicos defienden el uso de estos productos corrosivos e irritantes.
Aprovechamos esta ocasión para ser útiles a nuestros lectores, pero volveremos sobre esta importante cuestión, contentémonos por el momento con constatar que Cosmydor es una aplicación acertada de la ciencia, que el uso de este producto debe popularizarse por todos los medios posibles.
Felicitemos al autor por su trabajo y sus pacientes investigaciones; porque Cosmydor no sólo es un producto higiénico de la mayor importancia, sino que también es un agua de colonia incomparable que responde a las necesidades particulares y cotidianas de todos aquellos que desean mantener su cuerpo en perfecto estado de salud."
De este artículo de 1877 se desprenden varios datos interesantes:
Desde sus inicios, Cosmydor ha promovido productos 100% naturales, elaborados exclusivamente con productos vegetales. Lo que hoy parece normal, entonces era muy inusual. Las fórmulas del siglo XXI de Cosmydor se acercan mucho a esta herencia, con una media del 99,5% de ingredientes naturales y el rechazo de los productos petroquímicos.
Cosmydor siempre ha estado respaldado por la ciencia y ha evolucionado con ella. Hoy en día, nuestro equipo de I+D utiliza cromatografía y datos basados en IA para identificar los ingredientes y combinaciones de ingredientes más potentes....
En aquella época, la gente utilizaba ácidos y vinagre para la higiene, ¡una forma nada eficaz ni aconsejable para tener una piel bonita!
Por qué importa la historia: el patrimonio en la raíz del lujo
El verdadero lujo suele ser sinónimo de atemporalidad, lo que significa tener raíces profundas y significativas, así como ser moderno y mirar hacia la innovación y el futuro.
La historia también enseña a evitar apoyarse demasiado en tendencias o modas a corto plazo. Aporta ideas e inspiración sobre lo que es verdaderamente esencial, como un diseño bello, la máxima calidad de fabricación y la sostenibilidad.
La historia también es un factor clave en el desarrollo de un saber hacer propio único, como la fabricación artesanal de Cosmydor.
Por qué la historia no importa: los productos y las marcas necesitan una reinvención permanente
La cosmética exige reinvención e innovación permanentes. No por una nueva molécula "mágica" derivada del petróleo -que suele ser o un truco de marketing o una forma de producir industrialmente a un coste cada vez más barato-, sino por una mejora constante, permanente y obsesiva de los gestos cotidianos de nuestros artesanos, de nuestros procesos de fabricación, un estudio constante de los increíbles beneficios de las plantas para nuestra piel tanto mediante la experimentación en el laboratorio como siguiendo los avances de la investigación científica.
Muy pocas de las fórmulas originales de Cosmydor del siglo XIX son pertinentes hoy en día, sobre todo porque la estricta normativa europea sobre cosméticos prohíbe el uso de miles de ingredientes utilizados anteriormente -incluidas muchas plantas- para proteger la salud de los consumidores.
Ah, París...
Cosmydor nació en París, habiendo tenido su Entrepot General original (oficinas principales y almacén) en el número 53 del bulevar Sebastopol, hoy en el distrito 1 de París, no lejos del Centro Pompidou y de los grandes almacenes Samaritaine. Sus instalaciones de fabricación se establecieron en las inmediaciones absolutas de París, en Levallois-Perret.
La marca siempre ha mantenido su identidad parisina-chic, como atestigua el diseño de su primer cartel publicitario en 1891, obra de Jules Chéret: